- El cuerpo como la conjunción y la sinergía (ser y actuar)
de espíritu y materia…
- el
hombre como microcosmos que incluye los cuatro modos de ser (mineral,
vegetativo, animal, espiritual)
- Estamos en el mundo con una dimensión corporal, que nos
sitúa y nos define: un rostro, una sexualidad, una contextura determinada...
- Nos manifestamos ante los demás con nuestra dimensión
corporal, tanto en el ser (“estar ahí”) como en las diversas expresiones con
que manifestamos nuestras ideas, sentimientos, decisiones…
- También nuestra corporalidad es expresión e instrumento de
comunión: el saludo desde la distancia, el apretón de manos, el abrazo o el
beso con los seres queridos; la unión de los esposos como culmen: la distinción
de los sexos para la relación (semejante a lo trinitario: distinción y
relación).
- Pero también manifiesta la distancia y la ausencia,
opuestas a la comunión.
- Nuestra dimensión corporal establece espacios y relaciones
(“el espacio entre nosotros”) como ámbitos de juego y de libertad, de cercanía
o no…
- Mi cuerpo se ha originado desde otros cuerpos: los gametos
de los padres, la gestación en el seno de la madre. El ombligo como signo
permanente de ese origen… y de la independencia concedida.
- Volviendo sobre lo primero: no sólo estoy en medio de la
naturaleza, sino que estoy atravesado dinámicamente por ella (el ejemplo del
agua).[1]
- El cuidado del ambiente como cuidado de uno mismo y de los
demás…
- El deterioro potencial del cuerpo como riesgo y el
envejecimiento y la muerte como destino: la experiencia del límite y la
pregunta sobre el más allá…
[1] Recambiamos los átomos de nuestro cuerpo permanentemente,
en un intercambio ininterrumpido con el ambiente, por medio de la respiración,
la alimentación, etc. Tomemos sólo –como ejemplo– el caso del agua: el 70% de
nuestro organismo es agua, y todos los días ingerimos y evacuamos agua. Siempre
tenemos –mas o menos– la misma cantidad de agua, pero no las mismas moléculas;
e impresiona pensar que esas moléculas de agua que hoy se dan cita en mí, han
estado en mares y ríos, nubes y lluvias... ¡y en multutid de seres vivos
(incluidos otros seres humanos)! desde hace millones de años. Mi cuerpo soy yo;
pero los corpúsculos que lo componen, son bienes comunes